Sobre la arena, un barco. Barco que no está para navegar sino para el deleite de los pequeños piratas. Llegada la noche han ido los niños a descansar y por ello no se ven por los alrededores. Pero veamos a pleno día, y entonces los podremos ver (a ellos y a ellas) corriendo sobre cubierta, explorando las bodegas y utilizando toda clase de remos que afortunadamente no faltan. El barco, de madera, es ideal para todo ello: para jugar y para dejar volar la imaginación y esto lo saben los papás que traen aquí a sus retoños para que hagan realidad sus sueños.
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