Abogo porque se vuelva a la costumbre de los mayores de hacer el Nacimiento en las casas. Todo es cuestión de querer: con unas figuritas del Misterio y poco más se puede conseguir uno precioso. Con las figuritas y, claro está, con el auxilio de un nietillo que tenga ganas de participar y de poner, además de las ovejas y demás animales de granja, un hermoso y largo río. No importa si el río pasa por donde están la Virgen y el Niño. No importa, pues así San José tendrá agua corriente en abundancia para lavar los pañales. Lo demás, los pastores, el fuego y el ángel anunciador vendrán dados por añadidura.
Estoy contigo. No me gusta cambiar nuestra tradición por revestir un árbol de frutos sintéticos que en nada evocan al misterio de la Encarnación. Un abrazo.
Estoy contigo. No me gusta cambiar nuestra tradición por revestir un árbol de frutos sintéticos que en nada evocan al misterio de la Encarnación.
ResponderEliminarUn abrazo.