jueves, 28 de junio de 2018
El perrito
Al perrito debemos llamarle Don Perro porque su empaque en la ventana es de antología. Su cara no dice nada, pero sus ojos lo ven todo y lo dicen todo. Mueve su cabeza de un lado a otro para ver pasar a quienes entran o a quienes salen, o a quienes deambulan por su calle. A don Perro, a nuestro Don Perro, podemos verle muchas veces solo y otras tantas en compañía de su dueña en un primer piso de una casa que hace esquina, lugar inigualable para la vida atareada de guardián que lleva como nadie nuestro chucho. Suponemos -es un suponer- que ama y perrito darán sus paseos por el barrio y por el parque cercano, pero de ello no podemos dar confirmación. Lo hemos visto siempre en la ventana que le sirve de marco. De estupendo marco de estrella de cine o de televisión. Como un gran señor. Haciendo honor a su Don.
miércoles, 27 de junio de 2018
En Triana
Una trompeta, un teclado con su vocalista, un saxofón, una voz femenina cantando y una pintora, auxiliada esta por la mano inocente de un niño que más que pintar jugaba. El niño lo pasaba 'pipa' sintiéndose un Leonardo y trazaba una raya blanca aquí y otra allá sobre el fondo negro de la calle tal y como veía hacer a su improvisada profesora. Ella, la profesora, pintaba blanco sobre negro haciendo que la cara que quería pintar (tenía unos cartones con ella al lado) fuera saliendo. Los ojos, la boca, la media sonrisa, la barbilla... Cuando nosotros la vimos le quedaba mucha tarea por delante pero ella ni se apuraba ni se amilanaba. Daba la impresión de tener tiempo, mucho tiempo. Mientras, los músicos, separados y no revueltos tocaban o cantaban, o tocaba y cantaba como era el caso del vocalista aquel del teclado eléctrico. Más acá, o más allá, ¿qué importaba? el trompetista musitaba la música de su trompeta, al igual que hacía el hombre del saxofón, mientras la chica que tan solo cantaba, cantaba, como para ella, su canción.
domingo, 24 de junio de 2018
La palmera

viernes, 22 de junio de 2018
Pareja
En nuestro deambular por la ciudad vemos con alguna frecuencia, a la puerta de un supermercado, una no tan rara pareja formada por un hombre y por un perro. El hombre, que puede tener algo más de cincuenta años, delgado, vistiendo pobre pero adecuadamente, lleva una mochila a las espaldas, quizás con sus pertenencias. El perro, sobre sus cuatro patas de pie o echado en el suelo es una muestra perfecta de docilidad y paciencia. A veces, solo a veces, hemos visto al perro jugar con el hombre tirando de la correa. Otras veces hemos visto al perro al lado de otro de sus congéneres. A veces, solo a veces, hemos visto al hombre haciendo un gesto como para pedir. Lo hemos visto, o lo hemos querido ver, porque pensamos: ¿qué hace, si no, un hombre en la puerta de un supermercado tantas horas, de pie?
Aunque, bien mirado, tal vez lo que hace es cuidar de alguna que otra mascota que le deja alguna señora clienta al entrar a comprar en el supermercado. Aquí pudiera estar la razón. Pudiera ser.
Aunque, bien mirado, tal vez lo que hace es cuidar de alguna que otra mascota que le deja alguna señora clienta al entrar a comprar en el supermercado. Aquí pudiera estar la razón. Pudiera ser.
martes, 19 de junio de 2018
Sombra

Me da grima la panza de burro, me apeno del sol cuando está ella y me mortifico pensando en nuestra playa de Las Canteras. Gracias sean dadas al sol que ha vuelto timidamente, que ya tengo la sombra conmigo otra vez.
sábado, 16 de junio de 2018
Oportunidad

Ya tenemos algunos grafitis plasmados en algunas palmeras, como muestra. Podría tomar la idea, pensamos, un extraordinario impulso a poco que el Ayuntamiento la autorice y la promocione.
¡Qué bueno para nuestros turistas ver arte indígena en la calle! O más bien, en las palmeras.
jueves, 14 de junio de 2018
Descuido
Para ser una ciudad turística cuidamos con tal descuido las cosas que alguien podría decirnos que tenemos cosas de cabo interino, Es como si quisiéramos matar con desidia a nuestra particular gallina, aquella de los huevos de oro: el turismo. Y no me digan que soy pesimista. Es que, con poco que miremos podremos ver puntos desagradables ene Las Palmas capital (de la isla no digamos). Pongamos un ejemplo. En el turístico Parque de Santa Catalina -entrada de quienes vienen en cruceros- hay un kiosko en donde se pueden comprar los bonos-guagua. Se supone que, siendo las guaguas del Ayuntamiento, el kiosko tendría mantenimiento y conservación en buenas manos. Pero -siempre un pero- aquí hay un expendedor de bonos en mal estado, bastante oxidado, y un parche de madera en pared que para sí quisiera un pintor surrealista.
martes, 12 de junio de 2018
Tal que hermanos

lunes, 11 de junio de 2018
¿Para qué?
Piensa uno que las cosas han de servir para algo y cuando uno ve algo que al parecer no sirve para nada, uno va y se solivianta.Y soliviantado estoy. Porque, me pregunto: ¿para qué sirve unos anuncios -que el Ayuntamiento tiene y mantiene en la Avenida de Las Canteras- cuando, a día de hoy, domingo 10 del mes de junio a las 20:00 horas más o menos, el artilugio va y nos dice que estamos en jueves, 24 de mayo, a las 12:35 del mediodía? Y cuando digo que el Ayuntamiento tiene y mantiene estos bichos, quiero decir que los tenemos y los mantenemos nosotros.
Cuento dos postes como el de la foto en Las Canteras, uno por la plaza del tenor Suso Mariategui y el otro allá por la Cicer. Ambos están a cual peor. ¿No sería mejor eliminarlos y ahorrarnos las 'perras' de su mantenimiento? Ahí queda la pregunta abierta.
Cuento dos postes como el de la foto en Las Canteras, uno por la plaza del tenor Suso Mariategui y el otro allá por la Cicer. Ambos están a cual peor. ¿No sería mejor eliminarlos y ahorrarnos las 'perras' de su mantenimiento? Ahí queda la pregunta abierta.
viernes, 8 de junio de 2018
Cartel

miércoles, 6 de junio de 2018
Escalando

e
viernes, 1 de junio de 2018
Sorpresa

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